A todos nos ha sucedido que en determinado momento de la vida nos sentimos estancados y tenemos la necesidad de hacer un cambio. Cuando se trata de tu carrera profesional, esa necesidad de crecimiento podría no ser satisfecha en la organización a la que perteneces en la actualidad.

Si sentís en las mañanas que te cuesta levantarte para ir a trabajar. O que el estado de ánimo con el que encaras tu día laboral no es el más positivo. Sin duda estás postergando una decisión. ¿Es posible que estés considerando cambiar de trabajo?

Si este fuera el caso, el paso lógico es actualizar tu curriculum vitae y postularte en búsquedas. Mostrarte disponible, conversar sobre tu búsqueda con los conocidos y comentar la búsqueda en las redes sociales como LinkedIn. Hasta ahí todo es previsible, pero en ocasiones, cuando se presenta una oportunidad efectiva para cambiar de trabajo comienzan los titubeos.

Tal vez te hagas preguntas como… ¿Es este un buen momento para cambiar? ¿Seré capaz de cumplir efectivamente la nueva función? ¿Valdrá la pena abandonar los años en el trabajo actual y con ellos los beneficios adquiridos? ¿Se hará efectiva la promesa de beneficios del nuevo empleo o negocio?

Razones para cambiar de trabajo

Antes de seguir adelante cabe considerar qué te mueve a buscar un cambio. Los factores más comunes, por lo general son los siguientes:

La remuneración. Si consideras que no estás bien pago, o que sencillamente en el mercado podrías obtener más por ejercer tus funciones en otro lado, bueno entonces adelante. Aunque a veces la diferencia no esté tanto en la remuneración, sino en los beneficios. Lo importante si la principal razón para cambiar de empleo es económica es que consideres que una mejor remuneración no te traerá necesariamente felicidad laboral, mejor considera los demás factores.

Ambiente tóxico. Un jefe indeseable es uno de los motivos más comunes que lleva a las personas a cambiar de trabajo. Otras razones son el mal clima laboral, la mala relación con los compañeros o una cultura de empresa tóxica en la que las personas no se sienten respetadas. Todas estas razones llevan a la desmotivación y pueden derivar en enfermedades psíquicas y fisiológicas.

Falta de oportunidades de desarrollo. Si consideraras que ya no estás aprendiendo, no tenés autonomía para trabajar, o que no se reconoce tu valor profesional. O bien que no tenés desafíos u oportunidades de crecimiento, es posible que esta sea tu razón principal.

El equilibrio entre la vida personal y profesional. Cuestiones como el tiempo de viaje al trabajo, el horario laboral, el respeto al tiempo personal son fundamentales para establecer un balance adecuado entre la vida personal y el tiempo laboral.

La empresa pasa por un mal momento. Si juzgas que la empresa está atravesando un momento difícil, como una reestructuración, no se está adaptando a los cambios en el mercado, o tiene problemas financieros, también puede ser un buen momento para analizar dar el salto.

Qué decisiones pesan al cambiar de trabajo

A la hora de la búsqueda tendrás que comparar alternativas, por lo tanto debieras considerar cuáles son tus criterios de selección para definir la mejor opción. Estos criterios pueden ser de dos tipos:

Criterios obligatorios. Son los del tipo pasa, no pasa. Es decir que la opción que no cumple todos esos criterios debe ser descartada.

Criterios deseables. Son aquellos que si se cumplen suman positivamente, pero si no se cumplieran no meritan descartar una opción laboral.

Cuando elijas tus propios criterios debes considerar cuáles son obligatorios y cuáles deseados.

El momento de dar el salto

Evaluadas las diferentes opciones quedará la que mejor satisfaga los criterios elegidos. Pero acá viene la parte más importante de la decisión, ya que deberás considerar si te animas a cambiar.

Cuando tomas una decisión, regularmente pensás en los beneficios que te traerán las alternativas, pero además evaluás lo que podrías perder con cada una. En este caso la decisión es en base a los beneficios del trabajo actual, por lo tanto los beneficios tangibles, versus los beneficios potenciales que obtendrás al cambiar de trabajo, siendo que varios de ellos podrían no concretarse. Esta posibilidad de pérdida puede darte miedo y frustrar tu decisión.

Regularmente este tipo de decisiones generan un alto nivel de estrés y una sensación de pérdida. Pero a veces las decisiones entre dos posibilidades o alternativas no es una elección entre opuestos. El modelo de la banda elástica permite alivianar la carga emocional de la decisión y avanzar al próximo paso.

La banda elástica

Imaginemos una persona que a la altura de su cintura tiene una banda elástica que está unida a una estaca situada a su derecha. La estaca de la derecha simboliza su estado deseado. Pero además hay otra estaca, a la izquierda y también está unido a esta estaca que simboliza su realidad actual, mediante otra banda elástica a la altura de su cintura. Tal como lo muestra la figura.

banda-elastica

Con cada paso que da hacía su estado deseado y se aleja de su estado actual aumenta la tensión de la banda elástica que lo une a la estaca de atrás y se afloja la tensión de la banda de la estaca de adelante.

El modelo de la banda elástica muestra las tensiones entre un estado deseado y la situación actual. En este modelo los dos puntos de sujeción – estado presente y futuro – son presentados de forma positiva. Las preguntas en cada caso son qué te retiene a la situación presente y qué te atrae de la futura. Esa doble tensión que expone el modelo representa un dilema de decisión racional y también una tensión emocional.

Poner manos a la obra

Una primera acción al intentar resolver la cuestión es la de enunciar los beneficios que te traerá quedarte en el trabajo del presente o bien optar por el futuro y cambiar de trabajo. Pero en muchas ocasiones el problema no se resuelve de esta forma. Puede que los argumentos de un estado no logren ser más persuasivos, o bien haya emociones que jueguen en las percepciones y que te hagan más compleja la decisión.

Para moverte de esta doble tensión podes hacerles tres preguntas al estado presente (trabajo actual) y al futuro (nuevo trabajo).

Si ya terminaste este análisis y aún así no avanzás al siguiente paso es porque estás procastinando.

Para leer más acerca del hábito de postergar y pasar a la acción hacé clic aquí .

El miedo es un síntoma sano de responsabilidad. Te indica que hay algo importante que podrías perder. Y es lógico que cuando explorás territorio nuevo cada tanto mires si todavía estas cerca de la costa. En suma, ¡si te sentís incómodo es porque ya te estás moviendo!

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