A medida que una empresa evoluciona, madura en el conocimiento del negocio, se optimizan los procesos internos, se consolida el equipo de trabajo y se fortalece las relaciones con el cliente. Generalmente este proceso es producto de la intuición, la experiencia y de sucesivos ensayos y errores. Esto genera un costo económico, un desgaste en las relaciones comerciales y un considerable estrés en el equipo.
Pero los desafíos que afrontan las empresas no son tan originales. Podemos decir de hecho que se parecen bastante y que por ello podemos generar un aprendizaje cruzado. Se trata de conocer otras experiencias exitosas, ya sea en empresas del sector o en otros sectores de negocio.
La solución pasa por copiar las que se conocen como las mejores prácticas de negocio. Estamos hablando de un conjunto de rutinas sencillas, de probada eficacia, y que se adaptan a la realidad de tu empresa. El principio a aplicar podría resumirse de la siguiente forma: si los líderes aprendieron a hacerlo así y funciona, también puede servir para nuestro negocio.
¿Buenas prácticas o Mejores prácticas de negocio?
Las buenas prácticas están relacionadas con lo que es bueno hacer. Implican seguir el camino de la lógica y del sentido común para hacer mejor una tarea.
Por ejemplo, para un empleado de atención al cliente una buena práctica es mostrar empatía con un cliente que plantea un reclamo a la empresa por un problema de servicio.
Por otra parte, cuando hablamos de mejores prácticas de negocio nos referimos a un método superior o innovador para alcanzar mejores resultados de negocio, que permite que esta empresa se destaque en el mercado.
Un ejemplo de una mejor práctica es la del Kaizen o mejora continua que aplica con éxito la empresa Toyota.
Las mejores prácticas son el resultado de la consolidación de la experiencia (con sus aciertos y errores), de lo que funciona y no funciona en diferentes contextos culturales y de mercado. Este resultado es producto de la acumulación de la permanente reflexión sobre la acción, de los aprendizajes pasados, los aprendizajes pendientes de capitalización y de la retroalimentación cruzada.
Qué beneficios me trae implementar las mejores prácticas de negocio
Las empresas que operan con un conjunto de mejores prácticas de negocio tienen muchos beneficios, entre los cuales se cuentan:
- Simplifican y clarifican los procesos del negocio
- Facilitan la formación y el alineamiento de las personas
- Las personas se enfocan más fácilmente en las competencias clave
- Reducen los costos y son más eficientes
- Mejoran la calidad y la productividad
- Reducen el riesgo y evitan problemas
- Facilitan la toma de decisiones
¿Cómo sabemos qué prácticas aplicar?
No todos somos como Toyota o Google, por esto aunque muchas veces las prácticas que vemos en los líderes puedan parecer geniales y queramos “copiar y pegar” en nuestra empresa, debemos tener en cuenta la naturaleza de cada cultura.
Las principales variables que debiéramos considerar para seleccionar las mejores prácticas a implantar en nuestra empresa son las que siguen:
- Modelo de negocio. Quién es nuestro cliente objetivo, qué soluciones le ofrecemos para satisfacer sus necesidades y con qué ecuación económica y financiera. ¿Cómo la nueva práctica agrega valor al cliente o mejora la ecuación económico-financiera del negocio?
- Cultura de la empresa. Cuál es la misión y los valores, qué hábitos y comportamientos se premian y cuáles se desincentivan. ¿Nuestra cultura garantiza la perdurabilidad de la nueva práctica?
- Procesos clave de negocio. En qué debemos ser excelentes para diferenciarnos en nuestro negocio. ¿Cómo la práctica va a permitirnos innovar en un proceso clave?
- Perfiles de los puestos clave. Cuáles son las posiciones clave y quiénes son las personas clave en la organización. ¿Tenemos el talento que puede aplicar esta práctica?
Al seleccionar cuidadosamente las mejores prácticas para nuestra empresa evaluamos estos factores con sus fortalezas y debilidades para asegurarnos que la implantación tenga éxito.
Por otra parte debemos adaptar las mejores prácticas y no considerar que son algo intocable.
Cómo nos hacemos de las mejores prácticas
Benchmarking
El benchmarking consiste en tomar como referencia comparadores para mejorar un producto, servicio o proceso, tomando la referencia de las organizaciones que sostengan las mejores prácticas.
El benchmarking surgió en la década de 1980 cuando la empresa Xerox comenzó a comparar su desempeño con el de sus competidores.
Estas comparaciones son útiles en tanto impactan positivamente en los comportamientos de los empleados
Normas de calidad
Las normas o estándares son las especificaciones o puntos de referencia fijos, establecidos por organismos independientes, quienes certifican y controlan el cumplimiento de los procesos certificados por las organizaciones clientes.
Hay dos tipos de normas que permiten identificar e implementar las mejores prácticas. Normas técnicas y de gestión.
Las normas técnicas refieren a las especificaciones medibles de calidad de un producto o servicio.
Por otra parte, las normas de gestión son modelos o rutinas a implementar para optimizar ciertos procesos de negocio.
Innovación
Si bien los dos métodos anteriores no están exentos de un trabajo de adaptación a la empresa. En este caso el disparador de las mejores prácticas es la propia experiencia de la empresa.
En aquellas empresas que se siguen un proceso de reflexión y aprendizaje a partir de la acción, es común que estos análisis den lugar al diseño de mejores prácticas originales. La gran ventaja es que están totalmente adecuadas a la realidad de la organización. La desventaja es que deberán pasar por un tiempo de revisión para mejorarse y consolidarse.
Este tipo de prácticas pueden representar auténticos diferenciales de negocio con un gran impacto positivo.
¿Qué pasos seguimos para implementar una buena práctica?
Generalmente la implementación de las mejores prácticas requiere gestionar la transición al cambio y manejar las resistencias que se encuentren en el camino.
En primer lugar el rol de implementador, si bien a veces lo realiza un empleado con jerarquía, es conveniente que sea desempeñado por un consultor externo con experiencia. Tercerizar este rol posibilita que la nueva práctica se recibida con menor resistencia y se evitan potenciales juegos de poder.
Es importante documentar la nueva práctica y definir una métrica para dar seguimiento a los avances en su impacto concreto en el proceso en cuestión.
El siguiente paso es entrenar a las personas que van a utilizar esta práctica en su trabajo.
Si no hay un líder interno que sostenga la nueva práctica, es necesario designarlo y responsabilizarlo.
Finalmente, se debe dar seguimiento a la implementación, resolver los problemas y analizar los avances para aprender y mejorar la práctica en el campo de trabajo.
¿Y vos que pensás sobre este tema?
¿En qué procesos estás necesitando mejores prácticas de negocio? ¿De qué forma podrías hacerte de esa práctica para tu empresa? ¿Cuáles con las mejores prácticas de negocio que te diferencian?
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